UNA DIETA DEL SIGLO XIX TOMA FUROR

Irene Bueno es vegetariana de nacimiento. Dio a los 15 años la primera charla sobre alimentación vegetariana en el colegio secundario, animada por su profesor de Biología. Trabaja hace una década en el mundo del Fitness. Además de su rol como  personal trainer, da pautas de alimentación en el intento de reducir el consumo de proteínas animales tan frecuente entre los deportistas. Recién en 2010 se entregó totalmente al Sistema Curativo por la Dieta Amucosa. Vive en Valencia, España, donde estudia Nutrición. Dicta conferencias en todo el mundo. Habló con Temple Verde sobre esta nueva tendencia. 

Por Caru Pizetta (caSSanDDra)

TV (Temple Verde): -¿A qué se denomina la dieta amucosa?

Irene Bueno (IB): -Es una forma de nutrirse excluyendo alimentos productores de moco, como almidones y proteínas que se encuentran en carnes, pescados, mariscos, embutidos, huevos, lácteos, cereales, legumbres, frutos secos o semillas. Todos ellos producen mucosidad y constipación, causa única de todas las enfermedades.

TV: -¿Cuáles son los alimentos recomendados, entonces?

IB: -Sólo aquellos amucosos: frutas, frutas secas, hojas verdes, vegetales cocidos (de forma que se transforme su almidón en azúcar simple) y aceites. Estos productos limpian el organismo y las obstrucciones por materia fecal propia de la dieta civilizada que hemos llevado durante miles de años.

TV: -¿Por qué resurge una dieta de fines del siglo XIX?
IB: -Porque es lo único que funciona. Es una terapia con un objetivo concreto: la desintoxicación del organismo para recuperar nuestro estado natural de salud. Para mí, este sistema crado por Arnold Ehret tiene una capacidad depurativa aplastante, hemos realizado modificaciones a esta idea de más de 100 años.
Todas las demás dietas, son temporales y limitadas, son pan para hoy, hambre para mañana, al poco tiempo son insostenibles, complicadas, no accesibles para todo el mundo, o nos hacen enfermar. Sin embargo, la Dieta Amucosa remueve escorias del cuerpo y nos permite realizar ayunos, herramienta imprescindible para limpiarnos.

TV: -¿Cuál es el beneficio de ayunar?

IB: -Una dieta de limpieza no funciona sin ayunos, y los ayunos no funcionan sin una dieta de limpieza. Privarse de comer es el mecanismo biológico de todo ser vivo para desintoxicarse. Nuestro cuerpo no se cura comiendo; digerir consume mucha energía y eso imposibilita la regeneración. Es el mecanismo biológico, gratuito y seguro que nos ofrece la naturaleza para recuperar el equilibrio. Para empezar recomendamos sólo dos comidas al día, luego cortos y frecuentes períodos de ayuno.

TV: -¿Te has comprometido a difundir este tema con Diego Conesa (el más famoso reivindicador del método de A. Eheret)?
IB: - Conocí a Diego Conesa cuando yo me dedicaba a difundir la alimentación crudívora y frugívora. Me contactó para contarme su experiencia con las dietas radicales, terminé estudiando y apoyando el ayuno racional, con resultados sorprendentes. El está escribiendo un libro que se titulará  “El Reto de las mentes” donde explica toda la filosofía en torno a este sistema.

TV: -¿Estás trabajando en tu propio libro?

IB: -Sí, “Del Infierno Civilizado al Paraíso Frugal”, la parte práctica de la teoría, consejos para organizarse, recetas.
TV: -¿Qué incompatibilidades encuentras en tus estudios de Nutrición en la Universidad con tus investigaciones fuera de ella?

IB: -¡Todas! Para empezar, oficialmente está basada en una gran falsedad que dice que somos omnívoros, cuando todas las evidencias nos clasificarían como animales frugívoros.
Otra gran incompatibilidad es la afirmación de que el cuerpo humano obtiene su energía de los carbohidratos (incluyendo los almidones) y que ser reconstruye a partir de las proteínas (tanto animales como vegetales). Mi experiencia con distintas dietas (vegetariana, vegana, crudívora, frugívora) me han demostrado que esto es otra gran falsedad. Además obvian el gran problema: la obstrucción interna por las toxinas acumuladas con tantos años de alimentación errónea. El alimento ideal está en la naturaleza.

TV: -¿Puede considerarse una terapia alternativa la dieta amucosa?
IB: -Por supuesto, bajo mi experiencia es el único instrumento que ofrece una alternativa a poner parches en nuestro estado de salud, porque su objetivo es remover la causa de la enfermedad: la obstrucción intestinal y el aletargamiento de todos los órganos por la toxicidad.
TV: -¿Cualquier persona puede hacer la dieta de transición?
IB: -Sí, es muy sencilla, agradable al paladar y económica. Es un camino hacia la autogestión de la salud. Pero no se puede servir a dos amos. Si bien este sistema es flexible, no admite modificaciones troncales, ni mezclas con otras terapias, drogas, dietas o medicamentos porque se alterarían los resultados. Se debe realizar de por vida para alcanzar la pureza absoluta de nuestro original dieta paradisíaca basada exclusivamente en frutas.
TV: -¿Qué opinás de las dietas frugívoras y crudívoras?
IB: -Son regímenes con una lista de alimentos permitidos y otra de prohibidos.
Los Frugívoros consumen frutas dulces, ácidas y semiácidas, pero jamás, frutos secos, semillas, vegetales ni hojas verdes.
Los estilos crudívoros, permiten alimentarse de alimentos que no han sido sometidos a más de 42º, los llamados alimentos vivos”  son frutas, hojas verdes, germinados, frutos secos, semillas y vegetales frescos, macerados o deshidratados.

Ambas restringen algunos nutrientes y sobrecargan al cuerpo de otros. Son muy radicales, no permiten un período de transición y olvidan la desintoxicación. Generalmente no respetan la ley natural de la monodieta. Las frutas no deben mezclarse porque fermentan, acidifican, envejecen. Hay que tener cuidado con gente de poca experiencia que transmite conceptos equivocados.

TV: ¿Qué es la dieta pre-puente?

IB: - La dieta pre-puente fue diseñada por Diego Conesa ante la abundancia de casos en los que las dietas más suaves (Comucosas – Mucuslean) propuestas por Arnold Ehret, eran demasiado radicales para las personas más intoxicadas. Es la más prudente para iniciar este camino, sobre todo si hay años de consumo de drogas, medicamentos, alimentos ricos en almidones o proteínas. Se combina con laxantes, enemas, actividad física y ayunos.