"CAMINAR ES VOLVER A LAS RAÍCES"

23.07.2015 05:25
Tulio Segovia (29) dicta clases de Yoga y estudia Profesorado para la Enseñanza Primaria. Decidió atravesar a pie las sierras que separan Córdoba de San Luis motivado por el contacto ancestral de la raza humana con la madre tierra.
 
Por Caru Pizetta (caSSanDDra)
 
El joven oriundo de Entre Ríos se radicó hace un tiempo en el Valle de Traslasierra donde cosecha sus propias hortalizas y verduras, colabora con la construcción de casas autosustentables en la zona y aprende artes marciales con los monjes Shaolin que tienen su templo en el Cerro León (Córdoba). Vive con su gata en una pequeña casa que él mismo creó entre las montañas.
Una tarde otoñal  (el 28 de abril de 2015) decidió ir desde Achiras,  comuna de la provincia cordobesa, hasta La Punta, ubicada en San Luis. Y por supuesto, determinó que se movilizaría sólo con sus pies, sin más provisiones que algunas bananas y una bolsa de nueces. Desconocía la cantidad de kilómetros (325) y el tiempo que le llevaría recorrer esa distancia (dos semanas).
"Caminar es atávico, está impreso en el ADN y en la morfología de nuestra especie. Antiguamente los hombres llevaban pocas cosas y se alejaban mucho tiempo en busca de alimentos, mejores lugares para mudarse o simplemente, quizá, conocer el mundo y meditar."
Obtuvo agua de vertientes naturales cuando el contenido de su cantimplora se acabó, inventó senderos, improvisó techos con ramas, pasó una noche en una alcantarilla construida donde alguna vez existió un camino. Consiguió naranjas en árboles que el destino hizo crecer y un paseante le regaló peras.
Cuando llegó a La Carolina (fundada en 1792, lugar donde nació el bisabuelo de J.L. Borges, el poeta Crisótomo Lafinur) le ofrecieron tofu, trigo burgol y afecto: "La gente es más amistosa cuanto más conectada con la naturaleza está, el cemento contamina las mentes." Incluso los oficiales que lo detuvieron por merodeador terminaron ofreciéndole un lugar para pasar la noche junto a una cena caliente y apetitosa.
"Fueron días donde la vista se pierde en la inmensidad; los sentidos se agudizan (es zona habitada por serpientes y pumas); pero sobre todo, el espíritu de uno se fortalece. Me conozco más a partir de esta experiencia."
Sonriente, calmo, en paz, expresa: "¿Mi próximo proyecto? Atravesar los Andes."

Tulio Segovia en la cumbre del Cerro Sololosta.

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